El oro pertenece a los llamados metales preciosos, metales que son más resistentes a los ácidos y casi no reaccionan con otros materiales. El oro que se usa para joyería es siempre una aleación de oro puro y otro metal. Al fundir oro fino con plata, cobre, paladio u otros metales, se producen diferentes tonos de color, desde oro blanco pasando por oro amarillo hasta oro rojo. El oro puro es de 24 quilates. El término 'quilates' aquí no debe confundirse con la medida de peso de 'quilates' que se usa para los diamantes. Una joya de 18 quilates consta de oro 18/24 y 6/24 de otro metal. Cuantos más quilates, más preciosas serán las joyas.