El oro blanco simboliza la
divinidad, la espiritualidad y la pureza. En el mundo cristiano, encontramos a menudo el oro blanco en los cuadros religiosos y mitológicos. Este metal precioso también representa la luz celestial y la perfección. Por tanto, la combinación de pureza y solemnidad en las pulseras de oro blanco puede conciliarse perfectamente con el significado de la Comunión y el hito que conlleva.
También puede decidirse por un metal precioso parecido al oro blanco en cuanto a color, pero que es ligeramente más duradero. El
platino, al igual que el
oro blanco, tiene un aspecto plateado. El oro blanco contiene un 75% de oro, mientras que el platino es mineral de platino puro, lo que lo hace hipoalergénico. Los niños que son
alérgicos al níquel pueden sin duda llevar una pulsera de platino para su comunión sin problemas.