Se puede grabar cualquier metal precioso con una superficie lisa: una pulsera de oro rosa se puede grabar con la misma facilidad que un anillo de boda en oro amarillo o un anillo de compromiso en oro blanco. La única condición previa es que el artículo de joyería tenga una superficie plana lo suficientemente grande para el grabado deseado. Ten en cuenta que el grabado debe ser legible a simple vista: no todo lo que es técnicamente posible se puede descifrar después sin una lupa.

Para los grabados, por ejemplo para una pulsera de mujer, existen tres técnicas diferentes. Con el grabado a mano, el joyero u orfebre emplea una herramienta que se ha utilizado durante siglos, una gubia, y talla el grabado en el metal precioso. Con esta técnica, las posibilidades son limitadas, pero el grabado es individual, resultado de la artesanía de la vieja escuela. Ninguna letra es exactamente tan profunda como la otra, lo que le da a cada grabado un carácter único.

Una alternativa es el grabado con diamantes, en el que se utiliza la pequeña cabeza de diamante de una máquina de grabado para escribir el mensaje en el metal precioso. El principio de funcionamiento corresponde al de una fresadora CNC clásica. Por tanto, el grabado es absolutamente preciso. Son posibles muchos estilos de fuente diferentes, pero las imágenes no se pueden grabar.

El tipo de grabado más moderno es el grabado con láser, en el que un rayo láser vaporiza la capa superior del metal precioso. En términos de estética, este tipo de grabado tiene un aspecto mate en lugar de un aspecto brillante como los grabados que están marcados en la superficie y se ve más brillante que el material circundante. Con un láser no hay límites para la imaginación: dependiendo del tamaño de la superficie a grabar, se puede elegir cualquier cosa, desde letras hasta símbolos e imágenes en miniatura.