Sellar el amor eterno con el anillo de compromiso es una costumbre que viene desde la Edad Media. El anuncio de la boda se hacía en una ceremonia de compromiso en la que el novio entregaba a la novia un anillo. Este anillo se colocaba en el dedo anular de la mano izquierda de la novia, puesto que se creía que dicho dedo tenía una conexión directa con el corazón.

Si bien la tradición comenzó entre las personas de clase social elevada, se fue convirtiendo en una práctica común con los años. Si lleva o no lleva diamante, el grosor de la banda o el tamaño de la piedra son algunos de los factores que pueden diferenciar el estatus social o el poder adquisitivo de la pareja, pero la gran mayoría adhiere a la experiencia.

Hubo una mengua de venta de anillos de compromiso entrado el siglo XX con la gran depresión y la Segunda Guerra Mundial. Pero el ritmo se fue recuperando a medida que la economía fue mejorando.

Ese progreso en el acceso a los recursos, acompañado de la globalización y de una mayor propensión a la celebración de eventos importantes, derivó, entre otras cosas, en la readopción del anillo de compromiso como regalo para celebrar la pedida de mano.

Con la aprobación de la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo a lo largo del mundo (España estuvo entre los países europeos prioneros), las parejas homosexuales comenzaron con el regalo del anillo de compromiso para los dos. Las parejas heterosexuales luego fueron adoptando este hábito hasta convertirlo en tendencia.

Así se ha incrementado el porcentaje de búsqueda en internet de mujeres que también buscan anillo de compromiso para agasajar a su media naranja.

El aumento de la participación de las mujeres en el mercado laboral, el acceso a los recursos, a la toma de decisiones y, en definitiva, a un mayor protagonismo en la vida individual y social ha hecho que ciertas costumbres cambien.

Hoy, los dos miembros de la pareja se encuentran en mayor igualdad de condiciones y, por lo tanto, cada uno puede hacerle un regalo al otro, ya sea poniéndose de acuerdo o sorpresa mediante.

El compromiso es una promesa de amor eterno que ambos miembros se hacen; ¿por qué no sellar esa promesa con un anillo para cada uno? ¿Por qué no reconocer al otro con un anillo de compromiso? Ambos se juran amor eterno, ambos pueden regalarse el anillo de compromiso.

El compromiso inicia una vida de a dos en el que reconocer al otro pasa a ser muy valioso. La admiración mutua es un pilar significativo para mantener la llama del amor encendida. ¡No olvides decirle lo importante que es para ti! Y si también deseas demostrarle tu cariño, regalarle un anillo de compromiso es un augurio de felicidad eterna para comenzar este camino juntos.

Lo importante es que actúes de acuerdo con tus sentimientos y con tu intuición. Hacer lo que te gusta es tu prioridad. Si lo que quieres es un anillo de compromiso para los dos, este es el momento y BAUNAT tiene todo lo que necesitas para que este inicio se constituya en un presagio de un matrimonio lleno de dicha. La tendencia es que ambos tengan y porten su anillo de compromiso. La decisión es tuya y de tu pareja.

Para más información al respecto, echa un vistazo a los siguientes artículos:

• El origen y el significado actual del anillo de compromiso


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