• Los diamantes han sido un elemento habitual en los mitos y leyendas desde hace miles de años
  • La gente siempre ha considerado los diamantes como algo muy especial

 

Desde que se tiene memoria, los diamantes han sido una fuente de fascinación por su cautivadora belleza y rareza, y han sido la causa de diversos mitos y leyendas. Los primeros diamantes se descubrieron mucho antes de nuestra era, probablemente alrededor del año 3500 a.C., y ya entonces eran un signo de riqueza, fuerza, poder y amor. Sin embargo, no fue hasta mucho más tarde cuando se encontró la forma de tallar perfectamente los diamantes para que brillaran con el fulgor que conocemos hoy.

Egipto

Las imágenes del antiguo Egipto muestran los diamantes como pieza central del Anj, el símbolo en forma de cruz con un óvalo cerrado en la parte superior, que era el símbolo de la vida. En aquella época, el diamante representaba la luz y el sol, la fuente de toda vida. Incluso hoy en día, el Anj es un símbolo muy popular para los colgantes, por ejemplo, en forma de collar de diamantes.

 

La antigua Roma y Grecia

En la antigüedad, los griegos y los romanos no consideraban los diamantes como piedras preciosas; los veían como lágrimas de los dioses o fragmentos de estrellas caídas del cielo. Un símbolo sobrenatural, obra de los dioses en la tierra. En consonancia con esto, la propiedad fuera de los templos estaba reservada sólo a los más ricos y poderosos. Incluso la flecha de Cupido, que podía enamorar perdidamente a cualquiera, se dice que era de diamante.

 

Los diamantes también se trabajaban en las armaduras o se llevaban en forma de cadenas, para que los poderes divinos que contenían pasaran al portador y le hicieran invencible en la batalla. Las referencias a estas supuestas habilidades mágicas se remontan a la Edad Media europea.

 

La antigua India

En la antigua India, el diamante era la defensa ideal contra todo mal; el brillo simplemente lo reflejaba. En la misma línea que las ideas romanas y griegas, se decía que los diamantes hacían invencible a su portador y también atraían el rayo para llenarlo de fuerza divina.

 

La Edad Media europea

En la Edad Media, fuertemente marcada por la superstición, a los diamantes se les atribuía especialmente un efecto curativo; se les consideraba una cura milagrosa para todas las enfermedades e infecciones imaginables. Se aplicaban o se tomaban en forma de polvo. Esto último incluso provocó indirectamente la caída de un Papa, Giulio de Medici, más conocido como Clemente VII. Según la historia, tomó un remedio a base de diamantes finamente triturados y murió inesperadamente a los pocos días de tomarlo. Sin embargo, no fue a causa de las piedras preciosas; basándose en las fuentes y análisis actuales, las investigaciones modernas suponen que el remedio estaba mezclado con hongos y que simplemente fue envenenado. Sin embargo, la reputación como remedio quedó destruida para siempre.

 

Tiempos modernos

La investigación y la ciencia modernas han desmentido muchos de los mitos y leyendas del pasado; sin embargo, hoy en día los diamantes no sólo son una excelente inversión, sino que también proporcionan a su portador una cierta gracia como ninguna otra piedra preciosa puede hacerlo. Ya sea un collar, un anillo o una pulsera de diamantes, las joyas de diamantes son el regalo ideal para demostrar su amor a su mujer. Al mismo tiempo, son un símbolo de estatus social y de gusto exquisito, como lo eran hace miles de años.

 

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